La corrupción retratada en sus efectos: dispositivos (no tan) ficcionales que revelan las dinámicas de la corrupción son las que aparecen en las piezas de Luisa Fernanda Lindo. En la serie de nueve títulos falsificados “A nombre de la Nación” (2014-2016), Lindo muestra las intersecciones entre corrupción, falsificación y capital académico o económico que ayuda a legitimar esa misma corrupción, y devela también, en última instancia, la fragilidad del nombre “Nación” y sus instituciones. Temáticas similares son desarrolladas en la pieza “Política Educativa” (2016) y el díptico “No es plagio, es copia” (2016), referencias inequívocas al líder político de centroderecha y empresario de la educación César Acuña, que fuera acusado de plagio y apropiación de propiedad intelectual durante su postulación a la presidencia el año 2016.

La universidad española que finalmente señaló que no había plagio, había establecido una alianza académica con la universidad peruana de la que Acuña era dueño.